Ikigai, el arte japonés de vivir con sentido

01.07.2025

¿Qué es el ikigai?

Ikigai (生き甲斐) es una palabra japonesa que podríamos traducir como "razón de ser" o "lo que da sentido a tu vida". Aunque no tiene una única definición, el concepto se sitúa en la intersección de cuatro elementos clave: aquello que amas, en lo que eres bueno, lo que el mundo necesita y por lo que pueden pagarte. No es una vocación profesional, sino un equilibrio vital.

En Japón, el ikigai no siempre está vinculado al trabajo. Puede ser cuidar un jardín, pintar, caminar por la misma calle cada mañana o preparar la comida para los tuyos. Es esa pequeña gran motivación que te levanta de la cama con una sonrisa.

¿Por qué el ikigai ha conquistado al mundo?

El ikigai ha ganado popularidad fuera de Japón, especialmente en contextos de bienestar, desarrollo personal y estilo de vida consciente. Se ha convertido en una herramienta para repensar el ritmo frenético con el que vivimos en muchas ciudades.

Aunque en occidente solemos buscar respuestas en las grandes decisiones, el ikigai nos invita a mirar en lo cotidiano. En vez de obsesionarse con "encontrarlo", se trata de construirlo poco a poco, escuchándote, probando cosas nuevas y prestando atención a lo que te hace bien.

El ikigai en tu viaje a Japón

El ikigai no es una filosofía lejana ni teórica. En Japón, se vive en los pequeños gestos del día a día. Está en la forma de trabajar, de cuidar, de crear. Y muchas de las experiencias que puedes vivir durante tu viaje reflejan ese mismo espíritu.

Aquí van algunos ejemplos que hablan directamente ese idioma:

Ceremonia del té

No es beber té y ya está, sino hacerlo con atención, respeto y belleza. Cada gesto, por simple que parezca, tiene sentido. Participar en una ceremonia del té es una forma de reconectar con el momento presente y valorar lo sencillo.

Clases de cocina (bento, sushi, dulces wagashi…)

Cocinar en Japón no es una tarea más. Es una forma de cuidado hacia los demás. Preparar un bento bonito, con colores y formas pensadas, es un acto de cariño. Y eso también es ikigai: encontrar propósito en lo cotidiano.

Taller de kintsugi

Aprender esta técnica tradicional japonesa de reparar cerámica con oro va más allá de una manualidad interesante y un souvenir único. Es una metáfora muy bonita: lo roto no se esconde, se embellece. El ikigai a veces nace de nuestras grietas.

Kyūdō, el arte del tiro con arco

Este arte marcial ancestral no va solo de dar en el blanco, sino de dominar cuerpo, respiración y mente. Practicar kyūdō es entrenar la paciencia, el enfoque y la armonía. Todo muy lejos de lo competitivo. Muy cerca del ikigai.

Tour gastronómico

Conocer Japón también es saborear sus platos con calma. En los mercados locales o en una calle tranquila, compartir comida y descubrir sus historias con un guía es una forma deliciosa de conectar con el presente. Comer bien también puede ser un propósito.

En Japonal creemos que viajar es una forma de explorarte. Por eso diseñamos cada itinerario como una experiencia personal, donde no solo descubres lugares, sino también algo de ti mismo. Si tu viaje a Japón puede ayudarte a reconectar con lo que de verdad importa, entonces también estamos cumpliendo nuestro ikigai.

Ikigai y cultura japonesa

En Japón, el ikigai no aparece como una gran revelación, sino en gestos que se repiten con constancia y propósito. Esa forma de vivir está enraizada en muchas tradiciones y hábitos cotidianos que pueden pasar desapercibidos… pero que lo dicen todo.

En el trabajo: la filosofía shokunin

Un shokunin no es solo un artesano. Es alguien que dedica su vida a perfeccionar una sola técnica, una sola tarea, con humildad y excelencia. Puede ser un maestro cuchillero, un fabricante de papel washi o un cocinero de ramen que lleva veinte años haciendo el mismo caldo. Su ikigai no está en la fama ni en el resultado, sino en el proceso.

La cocina cotidiana

Muchos niños en Japón llevan cada día al colegio un bento preparado por sus madres o padres. Pero no es solo que sea práctico: es una forma de expresar afecto, de decir "me importas". Elegir los ingredientes, colocar los colores a juego, hacer figuritas con el arroz… Todo eso es tiempo invertido con amor. Todo eso es ikigai.

El arte de reparar lo roto

El kintsugi es la técnica tradicional de reparar la cerámica con polvo de oro. Pero también es una forma de ver la vida. En lugar de ocultar las cicatrices, se resaltan. Lo que ha sufrido no se desecha: se transforma en algo más valioso. Es una metáfora de la resiliencia, del cuidado, del propósito que puede nacer incluso de lo que se rompe.

En lo cotidiano

Durante tu viaje lo verás en todas partes, aunque nadie lo nombre. En la persona que barre la entrada de su casa al amanecer, en quien coloca tu futón en el ryokan cada mañana, en el dependiente que te atienden con un respeto impecable, en los trenes que llegan a la hora exacta y en los gestos que parecen pequeños pero están llenos de intención. Lo hacen porque hay valor en hacer bien las cosas, aunque sean pequeñas.

¿Cómo aplicar el ikigai a tu día a día?

El Ikigai se construye con gestos muy simples. No necesitas encontrar una misión épica. Solo prestar atención a lo que te hace bien y cuidarlo un poco más cada día. 

1. Empieza por lo pequeño

No necesitas cambiar de vida para aplicar el ikigai. Pregúntate qué te hace sentir bien. ¿Qué actividad te da energía? ¿Con qué personas te sientes tú? A veces basta con recuperar un hobby olvidado o cambiar tu forma de empezar el día.

2. Escucha tu intuición

No siempre sabrás por qué algo te hace bien, pero si lo sientes, confía. En Japón se valora mucho el conocimiento interior y la coherencia con uno mismo, incluso cuando no es "rentable" o productivo.

3. Cultiva lo que te gusta

Como un bonsái, tu ikigai necesita tiempo y cuidado. Quizá aún no esté claro, pero está ahí. Dedícale espacio y verás cómo crece.

4. Lee un libro

Si quieres profundizar en este concepto, te recomendamos el libro "Ikigai: Los secretos de Japón para una vida larga y feliz" de Héctor García (Kirai) y Francesc Miralles. Es una lectura sencilla, cercana y muy inspiradora, escrita por dos autores que han vivido en Japón y que explican el ikigai a través de entrevistas reales, experiencias y mucha curiosidad.

Ikigai y longevidad

Uno de los lugares donde más presente está el ikigai es Okinawa, una isla al sur de Japón conocida por tener una de las poblaciones más longevas del mundo. Allí no es raro encontrar personas de más de 90 años que cultivan su huerto, hacen ejercicio cada mañana o participan activamente en la vida de su comunidad.

Cuando se les pregunta por su secreto, muchos no hablan de dietas ni rutinas milagrosas. Hablan de tener una razón para levantarse cada día. Una conversación pendiente. Una planta que regar. Un nieto al que contarle una historia. Ese es su ikigai.

En Okinawa también es común pertenecer a un moai, un grupo de apoyo mutuo que se acompaña toda la vida. Se cuidan, se ayudan y celebran juntos. Porque el ikigai no siempre es individual. A veces, vivir con sentido también significa vivir en relación con otros. 

Ikigai también es nuestra forma de trabajar

Para nosotros, el ikigai no es una moda. Es una forma de hacer las cosas. Nos mueve el deseo de crear algo con sentido: viajes que importen, que inspiren, que dejen huella. Diseñamos cada experiencia con mimo porque creemos que ese cuidado se nota.

En un mundo que corre sin parar, detenerse también es avanzar. Si estás buscando tu ikigai, tal vez Japón tenga algo que enseñarte. Y nosotros, una forma de llevarte hasta allí. ¿Te apetece descubrir Japón desde otra perspectiva? Estamos aquí para ayudarte a vivir un viaje que se sienta tuyo. Un viaje con ikigai.