Itinerario para viajar por Japón en primavera

11.09.2025
Vistas del monte Fuji bajo los cerezos
Vistas del monte Fuji bajo los cerezos

Viajar a Japón en primavera no es solo ver flores: es vivir una ruta donde cada parada tiene su propio espectáculo de cerezos en flor, festivales y costumbres que cobran vida en esta época. El sakura dura poco, pero lo suficiente como para que cada ciudad te reciba con un paisaje distinto: desde los parques abarrotados de Tokio hasta senderos más tranquilos en Takayama o rincones casi secretos en Kanazawa.

Este itinerario para viajar por Japón en primavera está diseñado para que no te pierdas lo esencial y, al mismo tiempo, tengas margen para improvisar. Porque en un viaje de 15 días hay espacio para lo grande (los templos de Kioto, el castillo de Osaka, los ciervos de Nara) y también para lo pequeño: una calle iluminada por farolillos, un picnic improvisado bajo un cerezo o una charla con locales mientras esperas tu tren.

Aquí no hablamos de una ruta rígida, sino de un recorrido pensado con cabeza, que te permite exprimir cada destino sin sentir que corres detrás del reloj.

Por qué viajar a Japón en primavera es una experiencia única

El encanto de los cerezos en flor (sakura)

El sakura dura apenas unos días, pero cambia la cara del país entero. Parques, templos y hasta las calles más corrientes se tiñen de rosa y blanco. En Tokio, el parque Ueno se convierte en un picnic gigante con familias, amigos y parejas que reservan su espacio desde primera hora. En Kioto, el Camino del Filósofo es un pasillo natural de cerezos en flor, perfecto para pasear sin prisa. Y en Nara, los túneles de sakura se mezclan con los ciervos que campan a sus anchas, creando escenas que parecen sacadas de otro mundo (pero son 100% reales).

El camino del filósofo de Kioto bajo los cerezos en flor
El camino del filósofo de Kioto bajo los cerezos en flor

El clima primaveral en Japón

Marzo y abril ofrecen el clima más agradecido para viajar: mañanas frescas, tardes agradables y noches que invitan a seguir caminando. Eso sí, no te confíes. Japón en primavera tiene sus sorpresas: lluvias repentinas, viento en la costa o cambios bruscos entre el norte y el sur. Lo práctico es llevar capas: una chaqueta ligera, calzado cómodo y un paraguas plegable que siempre salva.

Festivales y celebraciones típicas de esta estación

La primavera japonesa es sinónimo de festivales y celebración. La más famosa es el Hanami, esos picnics bajo los cerezos donde la gente comparte comida, bebida y muchas risas. En Takayama, durante abril, las carrozas del festival recorren la ciudad con música y danzas que recuerdan al Japón más tradicional. Y en templos de todo el país, encontrarás rituales que celebran el inicio de la temporada agrícola o la llegada del buen tiempo. 

Un grupo disfruta del hanami
Un grupo disfruta del hanami
Grupos de personas disfrutan de un picnic bajo los cerezos en flor
Grupos de personas disfrutan de un picnic bajo los cerezos en flor

Itinerario para viajar por Japón en primavera (15 días de ruta)

Tokio, modernidad y tradición bajo los cerezos

Tokio es el punto de partida perfecto. Entre rascacielos y neones encontrarás parques donde la primavera estalla en colores. Ueno y Shinjuku Gyoen son dos clásicos para ver cerezos, pero no te quedes solo ahí: el río Meguro, con sus farolillos iluminando las ramas al anochecer, se convierte en un escenario inolvidable. En cuatro días podrás combinar lo esencial (Shibuya, Asakusa, Akihabara) con momentos de calma bajo el sakura. 

Consejo Japonal: lleva comida de un konbini y únete al ambiente de picnic, no hay nada más local que eso.

Primavera en Shinjuku Gyoen
Primavera en Shinjuku Gyoen
Estampa del Tokyo Skytree entre los cerezos
Estampa del Tokyo Skytree entre los cerezos

Excursión a Nikko: templos y naturaleza en flor

A unas dos horas de Tokio, Nikko es un soplo de aire fresco. Los templos y santuarios de la zona son Patrimonio de la Humanidad, pero en primavera lo que más impresiona es el entorno: montañas cubiertas de verde, cascadas y caminos salpicados de flores. El santuario Toshogu, con sus detalles dorados y coloridos, luce aún más rodeado de naturaleza en plena floración. Si viajas en abril, el contraste entre nieve tardía en las cumbres y sakura en los valles hace que la visita sea doblemente especial.

antuario Toshogu en Nikko
antuario Toshogu en Nikko
Detalles del santuario Toshogu en Nikko
Detalles del santuario Toshogu en Nikko

Gero: relax en los onsen rodeados de primavera

Después de tanto movimiento, Gero es la parada para bajar revoluciones. Este pueblo es famoso por sus aguas termales, consideradas de las mejores de Japón. Imagina darte un baño en un rotenburo (onsen al aire libre) mientras a tu alrededor brota el verde de la montaña y florecen los cerezos. Es el tipo de experiencia que te hace entender por qué los japoneses valoran tanto los onsen. 

Templo en Gero rodeado de naturaleza en primavera
Templo en Gero rodeado de naturaleza en primavera
Onsen al aire libre en Gero con cerezos en flor
Onsen al aire libre en Gero con cerezos en flor

Takayama: un pueblo histórico vestido de sakura

Takayama es como un viaje en el tiempo. Sus calles de madera oscura, sake breweries y casas de mercaderes ya tienen encanto todo el año, pero en primavera se visten de rosa y blanco. Si viajas a mediados de abril, puede que coincidas con el Takayama Matsuri, donde enormes carrozas talladas recorren la ciudad entre música y rituales. Es uno de los festivales más espectaculares de Japón, y verlo en directo es como colarse en una tradición que la ciudad cuida con mimo. 

Consejo Japonal: reserva con antelación alojamiento en estas fechas, porque todo se llena.

Takayama Matsuri
Takayama Matsuri
Vistas de Takayama en primavera
Vistas de Takayama en primavera

Shirakawago: casas tradicionales en un entorno de postal

El siguiente alto en el camino es Shirakawago, un pueblo de casas gassho-zukuri que parecen salidas de un cuento. Sus tejados inclinados están pensados para aguantar toneladas de nieve, pero en primavera el contraste es otro: las montañas verdes y los cerezos en flor suavizan el paisaje y convierten cada rincón en una postal. Desde el mirador de Ogimachi tendrás la vista clásica que tantas veces habrás visto en fotos, pero en directo la sensación es mucho más especial. Aquí lo mejor es pasear sin prisa y entrar en alguna de las casas-museo para conocer cómo vivían sus habitantes hace generaciones.

Casas gassho-zukuri en Shirakawago
Casas gassho-zukuri en Shirakawago

Kanazawa: jardines y cultura samurái en plena floración

Kanazawa no suele estar en las primeras listas de los viajeros, pero debería. Su gran estrella es el jardín Kenrokuen, considerado uno de los tres más bellos de Japón. En primavera, los cerezos enmarcan estanques y puentes de piedra con una delicadeza que las fotos nunca consiguen captar del todo. Madrugar para llegar temprano merece la pena: tendrás el jardín casi para ti y el silencio acompaña la experiencia. Además, Kanazawa ofrece mucho más: el distrito de samuráis de Nagamachi, el barrio de geishas de Higashi Chaya y un mercado de pescado donde probar marisco fresquísimo.

Castillo de Kanazawa entre los cerezos
Castillo de Kanazawa entre los cerezos
Una calle en kanazawa con los cerezos en flor
Una calle en kanazawa con los cerezos en flor

Kioto: templos, geishas y los mejores spots de sakura

Kioto es la joya de la ruta primaveral. Aquí no se trata de ver "un par de templos", sino de organizar bien los días para no perderte lo esencial. El Camino del Filósofo, con más de dos kilómetros flanqueados por cerezos, es uno de los paseos más bonitos que harás en tu vida. El Kiyomizudera, suspendido sobre la colina, ofrece vistas espectaculares de la ciudad enmarcada por flores. Y si buscas algo diferente, el Heian Jingu y sus jardines se llenan de sakura tardío, lo que alarga la temporada unas semanas más.

Por la tarde, un paseo por Gion puede regalarte la imagen de alguna aprendiz de geisha caminando entre casas de té. Consejo Japonal: evita las horas centrales y aprovecha las mañanas temprano y los atardeceres para disfrutar los templos con más calma.

Detalle del Kiyomizudera con los cerezos en flor
Detalle del Kiyomizudera con los cerezos en flor
Vistas de la ciudad de Kioto entre los cerezos
Vistas de la ciudad de Kioto entre los cerezos

Nara: ciervos y parques en un mar de flores

A solo 45 minutos de Kioto u Osaka, Nara es la excursión perfecta de un día. El Parque de Nara se convierte en un mar de sakura, y la experiencia de pasear rodeado de ciervos que se acercan a pedir comida no se olvida fácilmente. Además de los cerezos, el Todai-ji alberga el Gran Buda, una de las estatuas más impresionantes de Japón. Aquí la clave es tomárselo con calma: pasear, dar de comer a los ciervos (con las galletas especiales que venden en el parque) y dejarse llevar por la mezcla de naturaleza, historia y vida cotidiana.

Exterior del templo Todaiji en Nara
Exterior del templo Todaiji en Nara
Uno de los ciervos de Nara con los cerezos en flor
Uno de los ciervos de Nara con los cerezos en flor

Osaka: gastronomía y vida urbana con toques primaverales

El broche final del viaje lo pone Osaka, una ciudad que tiene muuuucha personalidad propia. El castillo de Osaka, rodeado de un foso y más de 4.000 cerezos, es uno de los spots de sakura más espectaculares y fotografiados del país. Pero Osaka no es solo flores: aquí toca disfrutar de la gastronomía. Desde el takoyaki en los puestos callejeros hasta el okonomiyaki en locales familiares, la ciudad es un paraíso para comer bien y sin gastar demasiado. Al caer la noche, en Dotonbori verás luces, carteles gigantes y sentirás el aroma de la comida. Un cierre perfecto para un itinerario de 15 días que combina naturaleza, tradición y vida urbana en su mejor momento.

Detalle del castillo de Osaka sobre los cerezos
Detalle del castillo de Osaka sobre los cerezos
El castillo de Osaka entre los colores del sakura
El castillo de Osaka entre los colores del sakura

Consejos prácticos para disfrutar al máximo del viaje en primavera

Mejores fechas para ver el sakura en cada ciudad

El calendario de la floración es un poco caprichoso. En Tokio suele arrancar entre el 20 y 30 de marzo, mientras que en Kioto, Nara y Osaka lo habitual es la primera semana de abril. Eso sí, cada año cambia unos días según la climatología. Consejo Japonal: piensa el viaje como un todo y no te obsesiones con cuadrar el "día exacto". Siempre habrá un lugar en flor durante tu ruta y, si no, encontrarás otras especies como los ciruelos tardíos o los shidarezakura (cerezos llorones), que prolongan el espectáculo.

Cómo moverse en Japón durante la ruta

Los pases de trenes son tu aliado para saltar de ciudad en ciudad: shinkansen a toda velocidad y trenes regionales incluidos. Para trayectos más concretos, como llegar a Shirakawago, tendrás que usar buses locales (el famoso Nohi Bus). Dentro de cada ciudad, el metro y las tarjetas IC (Suica, Pasmo, Icoca…) hacen que moverte sea tan fácil como pasar la tarjeta en la entrada. No tengas miedo de perderte. Las estaciones japonesas están muy bien señalizadas y siempre habrá alguien dispuesto a ayudarte, aunque sea con gestos.

Dónde alojarse para aprovechar al máximo la experiencia

El truco está en estar cerca de las estaciones principales: Tokio (Shinjuku o Ueno), Kioto (alrededores de la estación central), Osaka (Namba o Umeda). Ahorrarás tiempo y energía. En pueblos como Takayama o Shirakawago merece la pena dormir en un ryokan con tatami, futón y cena kaiseki. Consejo Japonal: alterna hoteles modernos en ciudad con alojamientos tradicionales, así tendrás las dos caras del viaje.

Qué llevar en la maleta para un viaje en primavera

No te hace falta un armario entero, pero sí ropa en capas. Una chaqueta ligera y un jersey bastan para las mañanas frescas, mientras que al mediodía agradecerás manga corta. El paraguas plegable es tu mejor amigo: nunca falla la típica lluvia sorpresa en temporada de sakura. Zapatillas cómodas imprescindibles, porque caminarás mucho más de lo que imaginas. Y, sobre todo, deja hueco en la maleta: las compras en Japón son inevitables, desde snacks curiosos hasta souvenirs que no verás en otro sitio.

Viaja como un experto

Viajar como un experto significa saber qué merece la pena ver, en qué momento y cómo encajarlo sin sentir que corres detrás del reloj. En Japonal llevamos años diseñando rutas por Japón y la diferencia de hacerlo con nosotros es que sabrás que tu viaje no será un copia-pega: será un itinerario pensado para ti, con la seguridad de que cada paso está cuidado. ¿Te apetece empezar a darle forma a tu viaje? Rellena el formulario de contacto y lo planificamos juntos.

Preguntas frecuentes

¿Se puede hacer el mismo itinerario en familia?

Sí. Este recorrido es perfecto para familias porque combina ciudades grandes con espacios abiertos donde los niños disfrutan, como el Parque de Nara con sus ciervos, los castillos rodeados de sakura o los paseos tranquilos en los parques de Kioto. Además, nosotros adaptamos los ritmos y alojamientos para que el viaje sea cómodo para todos.

¿Es necesario reservar con mucha antelación?

Definitivamente sí. La primavera es la temporada más demandada en Japón. Los alojamientos y ryokan se agotan con meses de antelación y las experiencias más buscadas (como vestir kimono en Kioto o dormir en Shirakawago) también tienen cupos limitados. Lo ideal es empezar a organizar el viaje con 6 a 9 meses de margen.

¿Qué pasa si me pierdo la floración del sakura?

No pasa nada. La floración no ocurre en un único día ni en una única ciudad: se desplaza desde el sur hacia el norte. Si llegas un poco tarde a Tokio, aún podrás disfrutarla en Kioto o Takayama. Y aunque no coincidas con el pico exacto, la atmósfera festiva de la primavera y otros tipos de cerezos (como los llorones, que florecen más tarde) harán que igualmente vivas la experiencia.

¿Hay alternativas menos turísticas para ver cerezos en flor?

Sí, y de hecho merece la pena buscarlas. Más allá de los parques famosos, cada ciudad tiene templos y jardines secundarios donde apenas hay visitantes y la experiencia es más íntima. En Japonal conocemos esos rincones y los integramos en los itinerarios para que no te limites a los lugares abarrotados que salen en todas las guías.