Invierno en Japón: razones para viajar entre noviembre y febrero

El invierno en Japón tiene sus ventajas: menos gente, precios más bajos y un ritmo más tranquilo. Las calles de Kioto o Tokio se disfrutan sin las colas y los agobios de la temporada alta, y los trenes bala van casi vacíos.
Los colores del otoño aún colorean los paisajes hasta noviembre, y a partir de diciembre la montaña y Hokkaidō reciben sus primera nieves. Es el momento perfecto para combinar rutas sencillas con ese baño en un onsen al aire libre.
Entre diciembre y febrero puedes vivir tradiciones como el hatsumōde (la primera visita a un santuario) y disfrutar del festival de la nieve en Sapporo o de las pequeñas "casas de nieve" en Akita. Además, la gastronomía de invierno (como un nabe caliente o un cangrejo fresco) sabe aún mejor cuando la compartes en un lugar tranquilo.
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Precios más amables y hoteles con hueco
En invierno, Japón pasa a temporada media-baja. Eso se traduce en ofertas muy reales: es común encontrar descuentos en hoteles y ryokan comparados con los precios en otoño o primavera (sobre todo si reservas con antelación). Y es que muchos alojamientos aprovechan para ajustar tarifas y atraer viajeros que buscan calidad sin despilfarrar.
Además, con menos turistas y muchos japoneses todavía en sus trabajos, los shinkansen son pura comodidad. Notarás vagones casi vacíos incluso en rutas populares como Tokio–Kioto y podrás elegir ventana o pasillo, guardar equipaje con facilidad y hasta estirarte sin problema.


Momiji tardío en noviembre
En buena parte de Honshū y Kyūshū las hojas siguen mostrando tonos rojos y naranjas hasta finales de noviembre. Es la época perfecta para esos paseos por jardines y santuarios que son una delicia. El paisaje es precioso y el aire fresco (sin llegar al frio intenso). Por ejemplo, en Eikan-dō (Kioto) los senderos empedrados se cubren de un suave manto de hojas, y en Rikugien (Tokio) los estanques reflejan los árboles de momiji con menos turistas de fondo. Al viajar en este momento encontrarás menos colas en las entradas (incluso en fines de semana) y podrás dedicar más tiempo a observar.

Iluminaciones invernales
Entre mediados de noviembre y febrero, las principales avenidas y plazas de Tokio se transforman en pasillos de luz. Por ejemplo, en Tokyo Midtown (14 nov–25 dic, 17:00–23:00) los árboles y esculturas del jardín se cubren de miles de bombillas blancas. En Marunouchi (14 nov–16 feb, 16:00–23:00) las luces doradas flanquean las calles cercanas a la estación de Tokio.
Además de estos dos clásicos, también merece la pena acercarse a:
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Roppongi Hills (mid nov–Feb, 17:00–23:00): con arcos de luz y un túnel luminoso junto al Mori Tower.
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Shibuya Blue Cave (nov–dic, 17:00–22:00): un pasillo de luz azul que triunfa entre locales y visitantes.
Al ser espacios abiertos, no hay costes de entrada y funcionan bien como ruta a pie. Muchas zonas instalan pequeños puestos de comida y bebida caliente justo al lado, así que es fácil combinar el paseo con algo calentito para beber o un takoyaki.


Tradiciones de Año Nuevo
Del 31 de diciembre al 3 de enero, los santuarios de todo Japón reciben a multitudes que llegan antes del amanecer para el hatsumōde, la primera visita del año. Verás largas colas junto a la puerta principal (torii), tiendas de amuletos y puestos de omikuji (papelitos con tu fortuna). El ritual sintoista básico es:
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Purificar las manos y la boca en la fuente de agua (temizuya).
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Tocar la campana o sacudir la cuerda para llamar la atención de los dioses.
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Ofrecer una pequeña moneda en la caja de ofrendas.
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Inclinarte dos veces, aplaudir dos veces y volver a inclinarte.
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Acercarte a los puestos para comprar un amuleto (omamori) o un papel de fortuna (omikuji).
Aquí basta con seguir los pasos de la mayoría y tú también podrás formar parte de la tradición. Muchos visitantes también escriben sus deseos en tablillas de madera llamadas ema y las cuelgan en un espacio habilitado para ello.


Actividades de nieve para todos
A finales de noviembre arrancan las pistas de Hokkaidō y la nieve polvo aguanta casi hasta mayo, así que tienes mucho tiempo para aprovechar. En Niseko, Hakuba y Myōkō las instalaciones suelen abrir el 30 de noviembre con pendientes para todos los niveles, desde laderas suaves para principiantes hasta zonas de vértigo para los más atrevidos.
Si no eres de esquiar, no te preocupes: muchas estaciones tienen alternativas como snowshoeing (marchar con raquetas), tubing (trineos inflables por pendientes suaves) o rutas en motos de nieve. Y tras la actividad, puedes acercarte al onsen al aire libre que suele estar al pie de la montaña. Simplemente imaginate a remojo en agua caliente mientras ves cómo cae la nieve.


Festivales invernales
A principios de febrero, Hokkaidō se llena de arte helado en el Sapporo Snow Festival (5–11 feb 2026). En Odori Park encontrarás esculturas monumentales talladas en nieve (desde castillos hasta personajes de anime), mientras que en Susukino brillan las creaciones de hielo iluminadas al anochecer. El ambiente es digno de ver, con puestos de comida callejera que ofrecen sopas calientes y albozumochi (pastel de arroz con salsa dulce).
Unos días después, el Yokote Kamakura (15–16 feb) te lleva a Akita, donde los residentes construyen iglús de nieve (kamakura) en los patios de sus casas. Dentro de cada caseta, se sirve amazake (una bebida de arroz caliente) y a veces incluso organizan pequeñas ceremonias con linternas.


Onsen al aire libre
No hay nada como sumergirse en un onsen al aire libre mientras caen los copos: el contraste entre el calor del agua y el aire frío reconforta cuerpo y mente. En Kusatsu (Gunma) el Yubatake y sus manantiales dan paso a varios rotenburo (baños termáles al aire libre) rodeados de bosque, perfectos para entrar con calma y salir con la piel aterciopelada. En Nyūtō (Akita), los cinco ryokan del valle ofrecen baños distintos, desde pozas escavadas en roca hasta tinas de madera, cada una con un carácter propio. Y en Shibu Onsen (Nagano) puedes recorrer nueve pequeños baños públicos (cada uno con un mineral diferente) vistiendo un cómodo yukata y unos geta sencillos.


Gastronomía de temporada
En invierno, la cocina de Japón cambia para que recuperes el calor y mostrar sabores que solo verás de noviembre a febrero.
En la costa de Kanazawa, el cangrejo "zuwaigani" es el protagonista. Se captura en el Mar de Japón y llega a los mercados locales fresquísimo: prueba el cangrejo al vapor en los puestos del Omicho Market o reserva un kaiseki con varios platos de cangrejo en alguno de los ryokan cercanos. Marzo puede ser aún temporada alta de cangrejo, pero en pleno invierno las tajadas suelen ser más grandes y a mejor precio.
En el sur, en Fukuoka, los yatai (puestos callejeros) sirven oden humeante al anochecer. El oden es un estofado ligero de huevo, daikon, konnyaku y diversos productos de pescado en un caldo suave de soja y dashi. Cada yatai le da su toque personal: puede que sea añadir jengibre encurtido, un golpe extra de miso o incluso un chorrito de yuzu. Buscar tu yatai favorito y sentarte en el taburete es una forma perfecta de entrar en calor tras un paseo junto al río Naka.
Y para compartir en grupo, nada como un buen nabe en una izakaya. Hay varias versiones:
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Sukiyaki, con finas láminas de ternera, tofu y verduras, todo cocinado en salsa dulce dentro de la mesa.
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Shabu-shabu, donde sumerges lonchas de carne y hojas de mizuna en un caldo ligero y luego las mojas en salsa de sésamo.
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Chanko-nabe, el estofado de los luchadores de sumo, lleno de pollo, verduras y fideos.


Monos de nieve y grullas de corona roja
En el Valle de los Monos de Jigokudani (cerca de Yudanaka, prefectura de Nagano) los macacos salvajes buscan calor en las aguas termales, sobre todo cuando la nieve cubre el bosque. Las mejores horas para verlos (cámara en mano) son entre las 11:00 y las 15:00, cuando salen del bosque a sus pozas. El acceso requiere un paseo de unos 30 minutos por un sendero cubierto de nieve y un pase de entrada de alrededor de 800 yenes. Recuerda no alimentar a los animales ni usar flash al fotografiar, y respeta la distancia señalizada para su tranquilidad (y la tuya).
Por otro lado, en los humedales de Kushiro (Hokkaidō) viven cientos de grullas de corona roja que, desde diciembre hasta marzo, realizan sus danzas de cortejo al amanecer. El mejor punto de observación es el Santuario Tsurui-Ito Tancho, donde hay pasarelas elevadas y miradores. Con un poco de suerte verás un espectáculo para el recuerdo.


Compras de rebajas y fukubukuro
A partir del 2 de enero, los grandes almacenes y centros comerciales de Japón lanzan las rebajas de invierno, con descuentos que pueden ir del 30 % al 70 % en marcas de moda, accesorios y artículos para el hogar. Al mismo tiempo empiezan a vender los populares fukubukuro (bolsas de la suerte): paquetes cerrados cuyo contenido (ropa, cosméticos, artículos de papelería o tecnología) vale mucho más que lo que pagaste por él.
En zonas como Ginza (Tokio), Shinsaibashi (Osaka) o Umeda (Kobe) las tiendas abren temprano para dar salida a estas bolsas, así que llegar antes de la apertura te asegurará elegir entre las más interesantes. Además, muchos grandes almacenes (Mitsukoshi, Isetan, Takashimaya) preparan fukubukuro temáticos.

